martes, 27 de diciembre de 2011

Desinterés por la autopublicación digital

Autores mexicanos rechazan los beneficios de subir ellos mismos sus textos a Amazon, lo que ya se aprovecha en EU y España

INNOVADORA. La artista gráfica Cecilia Pego lanzará en unos días la primera parte de su saga literaria “Exilia” en Amazon (Foto: TANYA GUERRERO EL UNIVERSAL )
Martes 27 de diciembre de 2011 Yanet Aguilar Sosa | El Universalyanet.aguilar@eluniversal.com.mx
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Mientras en Estados Unidos los escritores han encontrado en Amazon un canal idóneo y gratuito para autopublicarse e incluso hay autores que han comenzado a abandonar la “solidez” de su casa editorial para emprender una carrera editorial independiente, en México, los escritores no se interesan en la autopublicación, pues no acaban de conocer los beneficios económicos que trae consigo y prefieren mantener la comodidad de que sea la editorial la que promueva la versión digital de sus libros.
Cierto es que la diferencia entre ambos países en materia de eBook es abismal; Estados Unidos, la nación líder en la producción y venta de libro digital, reportó en 2010 ventas superiores a los 460 millones de dólares en libros electrónicos, en tanto que en México es una industria que “está en pañales” y es tan incipiente que la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) ni siquiera contabiliza la producción editorial digital.
Ante ese panorama, la pregunta es si a los escritores mexicanos les interesa autopublicar sus libros, dejar de pertenecer a una editorial para convertirse en sus propios editores, correctores, promotores y difusores o prefieren mantenerse ajenos a esa labor y dejarle toda la gestión a sus “casas editoriales”, ya sea por desconocimiento o por la comodidad de que los demás se encarguen de esos procesos.
Otros escritores, los jóvenes que tienen menos de 25 años, optan por la búsqueda, son ellos los que han emprendido proyectos literarios en Internet donde provocan, buscan la interacción de sus lectores-seguidores y son incansables promotores de su obra.
Sin embargo, ellos mismos no se interesan por autopublicarse en Amazon, optan por experimentos literarios, por probar otras nuevas opciones, entre ellas publicar novelas, por entregas, en soportes como Tumblr. una plataforma que se anuncia como “la forma más sencilla de bloguear”.
Entre esos dos mundos que prueban o no suerte en el eBook, están las editoriales, trasnacionales e independientes, que han comenzado a andar el camino de la producción de los libros electrónica. Si las editoriales grandes han empezado a lanzar algunos títulos, libro impreso con su versión digital, las casas pequeñas han optado por seleccionar algunas de sus colecciones para convertirlas en versiones electrónicas con el apoyo de las editoriales más experimentadas, ese es el caso de la editorial Resistencia.
Aunque hay iniciativas loables, no dejan de ser primeros pasitos, casi como tanteando el terreno; esas primeras incursiones en el mundo editorial digital, los experimentos literarios de escritores jóvenes o la convicción de que en el eBook está el futuro, no dejan de ser experiencias incipientes y singulares, acercamientos a ese gran monstruo que es Amazon, una empresa que entró a España hace apenas unos meses, a una nación que, de acuerdo con los reportes más recientes de la Federación de Gremios de Editores de España, en los nueve primeros meses de 2011 registró un incremento de 40% en la producción de eBooks.
¿Autopublicarse? ¿Para qué?
La artista gráfica Cecilia Pego, quien en unos días subirá a Amazon la primera parte de su saga literaria Exilia, asegura que los escritores tanto de narrativa escrita como de narrativa gráfica están muy renuentes a autopublicarse porque en nuestro país todavía es fuerte el estigma de que “si no tienes una editorial no eres escritor”.
Pego asegura que en Estados Unidos desapareció por completo el estigma, los autores están muy orgullosos de ser independientes y cultivar ellos mismos su base de lectores.
“Han tenido muchísimo éxito, incluso se ha dado un movimiento contra las grandes editoriales, pues si ellos autopublican reciben 70% de regalías, mientras que si hace la versión digital la editorial, ese 70% se divide entre él y quien lo edita”.
Cecilia Pego ha tratado de convencer a sus colegas, les habla de las bondades de ser independientes, que es un proceso sencillo suscribirse en Amazon, que sólo invierten en el diseñador de la versión electrónica y en un ingeniero en sistemas que pueda convertir el PDF en HTLM, que es la que se requiere para tener un libro interactivo.
“Son varias las razones por la que los autores mexicanos no siguen esta vía: la primera es la ignorancia, desconocen cómo funciona Amazon, cómo funciona Apple, hasta desconocen que es un PDF y probablemente nunca han hecho una compra en línea de eBooks; el segundo obstáculo es el estigma de la autopublciación; la tercera es la flojera, ya que no quieren hacerlo por desconocimiento de los formatos, además de que son tacaños de querer pagar a un diseñador”, señala la artista gráfica y autora de comics.
La temible independencia
Pero tomar ese riesgo no es sencillo. Hace unos días, en el libro Axolotiada, de Roger Bartra y Gerardo Villadelángel, se anunciaba que “próximamente Pablo Soler Frost subirá a kindle su libro Axólotl”; sin embargo, el escritor decidió publicarlo con la editorial Aldus y que ellos lo subieran.
En un breve correo electrónico dijo: “El libro sí se va a publicar, cambió de nombre: ahora es Antología para viajeros varados en los aeropuertos. Lo va a publicar Aldus con kindle. Va a salir antes en ese formato que en papel”.
Aunque es sencillo y es un servicio gratuito subir un libro a Amazon -se requiere un correo electrónico, una cuenta bancaria, una cuenta en Amazon y lo más difícil: formatear antes el libro-, los autores mexicanos no han mostrado mayor interés en autopublicarse.
Incluso los autores jóvenes prefieren hacer sus experimentos literarios en otras plataformas.
Ashauri López, un chavo autodidacta de 23 años que se define como “escritor y perra publicitaria y barrendero”, se ha convertido en “twitterstar”, en un escritor que experimenta con proyectos literarios y por eso es admirado o tachado de “Hipster” “Morro pretensioso sin talento” o “Pinche Harry Potter”.
“Todos estos libros descargables que subes a Amazon van dirigidos a gente de más de 35, que son quienes compran el kindle, porque a la gente de mi edad no nos interesa el kindle y como la literatura va a seguir existiendo este es un terreno muy fértil para explorar las posibilidades literarias en Internet, hacer historias interactivas, en mi novela 68 le puedo preguntar a la gente qué personaje quieren que muera, lo que me importa es hacer participe a los lectores”, señala Ashauri.
La propuesta de este joven que ha emprendido infinidad de experimentos literarios en Twitter, Facebook, Bloguer, My space o Tumblr, es que los libros-historias digitales y las novelas impresas se complementen.
“Ahora publicaré un capítulo cada 15 días, pero también voy a hacer una edición física bonita para vender; el inicio es publicar por Internet gratuitamente y el final es editar un libro con este mismo proyecto”.
Con esa mentalidad, hace un par de semanas subió el primer capítulo de una nueva historia, titulada 68 y está por publicar su novela Velvet, una suerte de libro objeto musical que se podrá leer de un tirón acompañado de un soundtrack, en alrededor de 45 minutos.
“Si yo subo un PDF a Internet y me llamo Ashauri López nadie lo va a bajar, deben ser proyectos con un extra, debemos crear una experiencia en Internet que te haga engancharte con la historia y con el proyecto literario”.
Sin resistencia a lo digital
En mayo pasado, Resistencia, la editorial que dirige Josefina Larragoiti, entró al mundo digital con cinco de sus novelas que forman parte de su colección de narrativa gráfica, pero no lo hicieron solos, se han apoyado en eBooks Patagonía, una editorial chilena que edita libros digitales y los ha subido a Amazon con buena aceptación en el mercado en español de Estados Unidos.
La editora asegura que son ellos los que les han dado el nuevo diseño para la versión digital, los que hacen la conversión, solicitan su nuevo ISBN, los adaptan, los suben y los ponen a circular; también son ellos, los que han hecho el HTLM del libro Why southerners go south: to stand on the horizon, de Clark Murray, una edición interactiva que tendrá ligas internas, permiten las acotaciones, subrayados, más datos aportados por el autor.
“Decidí lanzar la colección de narrativa gráfica porque se me estaban agotando los impresos, el resultado ha sido bueno, eBooks Patagonía me dice que apenas ha vendido como 60 ejemplares, que a me parece que son muchos; además también me dieron otro dato importante, que los están comprando los americanos aunque están en español y eso es muy bueno”.

Fuente: El Universal

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